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“La crianza de los niños es un camino alegre, frustrante, estimulante y agotador. El desafío es enorme; tomar de la mano a un nuevo ser humano y guiarlo hacia la adultez, enseñarle todo lo que necesita saber para tener una vida feliz y exitosa” Durrant, Joan E. (2016)

 

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Es claro que la crianza, educación y formación de nuestros hijos no es una tarea fácil, nadie dice que lo es, existen tantas dificultades que pueden surgir en el mundo de la maternidad y paternidad, sin embargo, somos conscientes que vale totalmente la pena cada desvelo.

Tradicionalmente para educar a los niños y niñas se utiliza la disciplina punitiva, esta manera de disciplinar se basa en que el niño al que se está disciplinando recibe sanciones cuando se comporta de manera incorrecta, con este método se busca un comportamiento positivo a través del castigo.

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Jane Nelsen reflexiona en repetidas ocasiones sobre la manera de crianza que las personas tradicionalmente tienen para con sus hijos, pues considera que el castigo no es la mejor técnica de disciplina que podemos aplicar al momento de educar a los más pequeños.

En este espacio te hablaremos sobre la disciplina positiva, cuya base no se sostiene en el castigo, pues, se considera que dicha manera de disciplina funciona a corto plazo, pero tiene efectos negativos a largo plazo, como el resentimiento, sentimiento de venganza, rebeldía y hasta la baja autoestima.

La disciplina positiva es el conjunto de principios y herramientas que permiten desarrollar habilidades socioemocionales que fomentan relaciones basadas en el respeto mutuo. A través de ella se afronta la corrección de los errores y malos comportamiento de forma constructiva, se le ofrece al niño o niña buscar una forma de rectificar sus errores de manera que resulte satisfactoria para ambas partes; ya que, como se mencionó con anterioridad, se basa en el respeto y también fomenta el autocontrol y autoestima, haciendo de ellos personas responsables y respetuosas.

 

Podríamos decir que la disciplina positiva cuenta con los siguientes 4 criterios:

  1. Es gentil y respetuoso al mismo tiempo. Se educa con amor, pero se debe ser firme y siempre con respeto.

  2. Permite que los niños tengan un sentimiento de pertenencia e importancia.

  3. Tiene efectos positivos a largo plazo.

  4. Enseña habilidades de vida y sociales valiosas para un buen carácter, tales como el respeto, el interés por los demás, la capacidad para resolver problemas, entre otras.

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Las tres R de la disciplina positiva consisten en:

Reconocer el error cometido,

Reconciliarse por medio de una disculpa sincera y finalmente

Resolver buscando juntos una manera para no volver a cometer el mismo error.

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“De donde sacamos la loca idea, que parar lograr que un niño sea bueno, primero debemos hacerlo sentir mal.”

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Las tres R, según la disciplina positiva

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BIBLIOGRAFIA

Disciplina positiva en la crianza cotidiana

Tercera edición

Joan E. Durrant. Ph D.

Año 2016

Save the children Suecia

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